lunes, 29 de octubre de 2012

¿POR QUÉ NO HACES HUELGA?

Esta vez será diferente: Tú, amparado en tu “sagrado derecho al trabajo” acudirás puntualmente a tu puesto, y trabajarás igual (o seguramente más) que cualquier otro día… porque tú tienes tus razones, tus sacrosantas razones repetidas desde hace más de 30 años, razones que SIEMPRE te impidieron acudir a una manifestación, o secundar una huelga.
Yo amparado por las mías, pensaba hacer lo de siempre… PARAR, como siempre….porque con cada vuelta de tuerca que dan ellos, me dan una razón más.
 Esta vez romperé mi rutina de escuchar la radio desde muy temprano y de dar una vuelta por el barrio, para ver cómo va la situación. No volveré a casa desilusionado y humillado al ver todas las tiendas y cafeterías abiertas, y descubrir que la huelga apenas se nota.
 Esta vez amigo panadero tú acudirás a tu trabajo y prepararás el pan y los bollos de todos los días. El repartidor lo distribuirá y mis amigos dependientes lo venderán, pero un par de barras de pan y unos cruasanes se quedarán en los estantes sin vender, porque yo no pienso ir a comprarlos.
Grandes superficies, cafeterías y tiendas de barrio no ingresarán ni un solo euro que salga de mi bolsillo, porque ese día nada compraré.
 Locutor de radio y televisión “predicaréis en el desierto”, porqué tendréis un oyente/televidente menos. Grandes compañías distribuidoras de electricidad, telefonía, gas, sabed que procuraré reducir mi consumo en todo lo que me sea humanamente posible. Porque quiero que esta Huelga sea diferente. Quiero que me importe un bledo si tu paras o no, si ha sido un éxito o un fracaso.
 Quiero que el día tenga un matiz “pseudoreligioso” como los Viernes Santos de mi niñez, con todo cerrado, lúgubres y pesarosos en los que apenas si nos dejaban jugar ni armar ruido, porque Jesús estaba muerto. Muerto ya, o moribundo, el “estado de bienestar”. La justicia, la honradez, la moralidad, la integridad, la imparcialidad, la entereza y la rectitud, casi sobran en el diccionario. Duelo pues, por todo ello.
 Por las victimas que día a día me ponen los pelos de punta cuando veo las noticias. Por los desahuciados que se quedan sin un techo y sin una vida y por los que desesperados deciden dejar de luchar… para todos ellos solo puedo dar esta mísera y simbólica aportación…
 Y si estoy equivocado y la lucha pacífica, la huelga y las manifestaciones no son los cauces adecuados, me queda el consuelo de saber que vamos por buen camino ya que los que piensan y actúan contrariamente son mayoría.
También yo tengo mis dudas sobre el procedimiento, pero creo que criticar en la barra de un bar, cabrearme o indignarme, como todo el mundo, no es suficiente; por eso apoyo cualquier acto de desobediencia civil y de protesta cuyo fin sea una mejora social y colectiva. Si en vez de secundar una huelga decides que con “tus métodos” consigues más …bienvenido seas… pero ….. Por cierto ¿Cuáles son tus métodos?-…..

1 comentario:

  1. Hacer huelga siempre ha sido un acto de valentía, sobre todo en empresas pequeñas y más ahora con la que está cayendo. El temor a la represalia del jefe frena al padre de familia que quiere mantener su puesto de trabajo por precario que sea. La función de los sindicatos es apoyar al trabajador pero en la proliferación de despidos poco o nada hacen. Creo que hacer huelga ahora es el recurso del pataleo, mientras tengamos estos gobernantes corruptos que miran más por su bienestar que por el de los ciudadanos. Está visto que las huelgas y manifestaciones por muy masivas que sean, se la pasan por la entrepierna.

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